PRK

PRK consiste en realizar un tratamiento con láser directamente sobre la superficie de la córnea. Indicada en pacientes con hábito de frotarse los ojos o con hobbies o profesiones de riesgo.

La cirugía PRK retira manualmente una fina capa de la superficie de la cornea -el epitelio- que luego se regenera durante el postoperatorio. Una vez extraído el epitelio, el láser excimer actúa en el tejido corneal de la misma forma que lo hace con las otras técnicas, remodelando su forma y cambiando su curvatura. A este procedimiento se le llama también “tratamiento de superficie”.

El tiempo de recuperación es más largo que con otros procedimientos pero puede ser una buena opción para los pacientes que tienen córneas muy finas.

Al finalizar este procedimiento, el paciente debe llevar una lente de contacto terapéutica durante un tiempo para ayudar a la cicatrización y regeneración del tejido epitelial.

Los efectos secundarios, como por ejemplo el ojo seco, después de PRK son frecuentes pero menos duraderos que después de LASIK.